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Este museo es la primera obra arquitectónica realizada en el centro histórico de Roma desde la caída del fascismo hasta nuestros días. El edificio protege el altar celebrativo de la Paz augusta y acaba de ser reabierto al público tras un largo periodo de reformas.
El Museo del Ara Pacis representa la primera obra de arquitectura realizada en el centro histórico de Roma desde la caída del fascismo a nuestro días.
El proyecto ha sido redactado por Richard Meier & Partners Architects, autor de algunos de los más considerables museos a partir de la segunda mitad del Novecientos.
El Ara Pacis representa uno de los ejemplos más altos de arte clásico. Su construcción fue votada por el senado romano en el 13 d.C. para rendir homenaje al regreso de Augusto de las provincias de Galia y de España, donde a lo largo de tres años el emperador había estado consolidando el poder de Roma y su poder personal, abriendo nuevos caminos y fundando colonias. El altar fue edificado a lo largo de la via Flaminia, al confín septentrional del Campo Marcio, pero la naturaleza aluvial del área y las inundaciones del Tíber, depositando estratos de limo, determinaron pronto el enterramiento del Ara, de la cual se perdió completamente memoria. La reconstrucción del monumento se decidió en ocasión del aniversario, en 1937/8, del bimilenario del nacimiento de Augusto.
Encargada al arqueólogo, Giuseppe Moretti, se relizó materialmente en el verano de 1938 en el interior del pabellón de Via Ripetta, edificado con prisa a partir de un proyecto del arquitecto Ballio Morpurgo.
Colocada frente al Tíber, el Ara Pacis se ha arriesgado a ser comprometida por la indecuadez de su contenidor, que no pudo aislarla del tráfico, de los gases de escape, del recalentamiento, de la humedad creciente y también de los polvos grasos y ácidos que se depositaban sobre sus mármoles y revoques.
El nuevo complejo museal ha sido por lo tanto proyectado en función de la conservación del monumento, sea desde el punto de vista ambiental que del sistema antisísmico.